Utilizar el zapato de la forma adecuada

Vigilar la correcta sujeción mediante su abroche (cordones, hebillas, cierre tipo velcro, etc.)

El largo del calzado no debe sobrepasar en más de un número la talla real del pie y el ancho ha de ser el correcto.

Cambiarse de calcetines diariamente.

Ventilar el calzado durante su uso siempre que sea posible. En casos de transpiración considerable, utilizar alternativamente dos pares de zapatos.

No se debe reutilizar el calzado de otra persona.

Si el calzado se humedece, se habrá de secar a temperatura ambiente, nunca se deben emplear sistemas rápidos de secado, las temperaturas excesivas o extremas perjudican y deterioran considerablemente el calzado.

Consérvese en lugar fresco y seco, sin temperatura ni humedades excesivas.


     

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